Tradicionalmente consideramos la realidad, desde eso “otro” que poco guarda relación con nosotros, aquello que es dado, sin embargo la realidad, comprendida desde lo humano, tiene más que ver con nosotros, con el mundo que hemos creado, con aquello al que le hemos dado significado, que dice algo de nosotros y de nuestro tiempo.

 

La imagen constructiva

  Esto último es importante, porque ya el autor podía proyectar estos cambios que se darían en el arte. Ya las figuras que se manifestaban en el arte carecen de su significado original. En nuestros días ya no es lo religioso o lo natural lo que se plasma o valora, ahora son las nuevas tecnologías, los nuevos materiales, la nueva abstracción. En palabras de Read:

 “El artista ha ayudado a crear este audaz y nuevo mundo con sus imágenes. Se desplaza ahora hacia otro mundo todavía más audaz, y su tarea presente es crear imágenes que presagien este mundo, que lo hagan imaginativamente concebible a la alerta mentalidad del hombre moderno. ¿Cómo lo hará? ¿Con las imágenes del pasado: la imagen griega del hombre ideal, la imagen gótica de un D-s trascendental, la imagen renacentista de una serena Arcadia? Ninguna de estas imágenes tiene ya importancia.”[1]

 

La imagen constructiva[2] es aquella expresión plástica que es hecha en función de afirmar la vida, realizarla e impulsar o facilitar su desarrollo. En nuestro tiempo lo que se ha estimulado es una incisión en el hombre, en el que hay una primacía de lo útil material sobre el desarrollo de la conciencia humana.

 

[1] Read, H. “Imagen e idea: La función del arte en el desarrollo de la conciencia humana”. Edit. FCE, México D.F. 1957. P 207.

[2] Read, H. “Imagen e idea: La función del arte en el desarrollo de la conciencia humana”. Edit. FCE, México D.F. 1957. P 208.

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