En el paso o transición que se da del paleolítico al neolítico, en cuanto al arte es tomado por muchos como insignificante, sin embargo el hombre da pasos importantes hacia la construcción de un mundo de significados. Uno de gran valor es precisamente la construcción de estas redes de significados que se dan en un pensamiento religioso, más allá de la magia para dar cuenta de ciertos fenómenos o intervenir en las relaciones causales. Esto representa la construcción de una cosmovisión, una teogonía y una teodicea, un entramado.
Es el descubrimiento o la construcción (según se vea) de una estructura formal, más allá de la imitación, es la representación, las formas abstractas y de composición; hay una transformación que muestra el desarrollo de cierta habilidad mental. El hombre parece tener conciencia de ciclos en la naturaleza, una vida más estable en la siembra, y la caza según ciertas migraciones, técnicas o pronósticos más precisos.
El autor no plantea un cambio brusco al momento de dar estos pasos, sino más bien una lenta evolución que se va dando en la medida en que el hombre va teniendo conciencia de los volúmenes y formas mientras crea para dar respuesta a necesidades cotidianas, como por ejemplo al crear una vasija de barro para transportar algún líquido o al desarrollar complejas técnicas textiles para la confección de vestidos. Es un camino en paralelo que además de ser un principio en la expresión de formas abstractas, geométricas y de un constante desarrollo de las técnicas y los volúmenes, también es necesario para la lógica y el conocimiento en general.
Esto lo vemos por ejemplo cuando se crean composiciones complejas, más allá de resaltar en las figuras animales ciertas cualidades y se van comunicando ideas a través de signos con significados complejos, como puede ser un jeroglífico o un sistema de identificación para castas o identidades concretas.
Si bien en una composición podemos encontrar el uso consciente del aspecto formal, la síntesis, la simplicidad, la definición, el aislamiento, la energía, el movimiento y la conexión entre los elementos que la componen, también tenemos la simetría aplicada. Pero no como algo meramente práctico como el desarrollo de una herramienta, sino como la consciencia de que la simetría, el equilibrio se encuentra en la naturaleza y en este aspecto formal, es el reconocimiento y uso de la dualidad y la multiplicidad.
Esto implica necesariamente un sentimiento o emoción de satisfacción o placer, pues una composición es a su vez una reunión ordenada de partes que además es intencional.