Es importante antes de introducirnos en el tema que seguimos, hacer algunas aclaratorias. En primer lugar debemos saber que algunas de las palabras que usaremos serán empleadas desde el hebreo. En segundo lugar, que los ritos litúrgicos que describiremos serán los más comunes fuera y dentro de la tierra de Israel. Seguramente haremos referencia al Judaísmo Bíblico u originario, o que algunos denominan Judaísmo Histórico, pero lo que tendremos como referencia principal será lo que se conoce como el Judaísmo Rabínico o Tradicional.

 

El Rabí Alfred Kolatch escribió en su momento[1]:

“Si un Judío de la generación de Moisés, o de Salomón o de Judas Macabeo, estuviera vivo hoy en día, estaría bastante confundido al observar nuestra conducta religiosa. Miraría el Talit o la Kipá que usamos y preguntaría <<¿Por qué usan esto los judíos?, ¿Para qué sirve?>> … le sorprendería también que algunos judíos observan ciertas festividades por períodos más largos que otros y que no se toca el Shofar (שופר) en Shabat (שבת) como se estilaba en tiempos bíblicos”.

 

ברשית: “En el principio creó D-s los cielos y la Tierra”[2]

Maimónides dice que D-s es[3]: “El fundamento de todos los fundamentos, y el pilar de toda sabiduría, es saber que hay una Existencia Primera que llama a ser a todas las existencias”. Es importante saber que D-s, más que un concepto nominal, es una Entidad Propia, cuya naturaleza es infinita, creadora, no se entiende en tiempo ni en espacio, Es en Sí y Por Sí. Nosotros hemos sido creado por Él a su imagen y semejanza por lo que cualquier acercamiento teórico y hasta teológico que hagamos de nuestro creador no será suficiente, así como ningún efecto puede dar a ciencia cierta conocimiento absoluto de su causa, solo pistas. Cuando Moisés, gran profeta de Israel, le pidió a su tutor que se describiera Él expresó[4]: “YO SOY EL QUE SOY, Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió”. D-s es pura realidad, “D-s no tiene otra causa que Él mismo; nada Lo precede; Su Ser deriva de Su propia persona”[5].

 

 וזאת התורה: “Y esta es la Torá”

La palabra Torá es comúnmente traducida desde el griego (νομος) como “ley”. Pero en realidad cuando hablamos de Torá hablamos más que de ley. Hablamos del código escrito por el cual D-s se reveló al mundo. Comúnmente se llama así a la suma de cinco libros principales que son: Bereshit (בראשית), Shemot (שמות), Vayqra (ויקרא), Bamidbar (במדבר) y Devarim (ברים).

Esta palabra viene de la fusión de una raíz verbal que significa “enseñar” o “dar en el blanco”. El Zohar nos dice[6]:

“Abrió rabí Judá un comentario sobre la Torá y dijo[7]: Es árbol de vida para quien lo consigue. El árbol de vida es la Torá, que es el árbol superior, grande y potente. Pero ¿por qué se llama así la Torá? Es debido a que enseña (iaroh) y desvela lo que estaba oculto y no era conocido. Y se llama “vida” debido a que toda la vida superior está incluida en la Torá y sale de ella.”

La Torá viene a ser para nuestro pueblo una Alianza, no lleva el sentido de una ley que oprime sino que, por el contrario, libera, da valor y sentido a la vida, nos describe los límites y funciones de las cosas creadas; incluso del hombre. Nos revela cómo se puede desarrollar el hombre junto a su creador. D-s revela al hombre su proyecto, su plan de creación. Esta Torá nos da un código de conducta que va desde el vestir y el comer hasta la realización de una festividad. El cumplimiento de estos mandamientos, estatutos y decretos (םיטִ֔פָּשְׁמִּהַוְ ם֙יקִּחֻהַֽ הוָ֗צְמִּהַ[8]) tendrá recompensas en este mundo y en el venidero. David gran Rey de Israel escribió[9]:

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos… Sino que en la Torá del Et-rno (היְ תרַ֥וֹתבְּ םאִ֥ יכִּ֤) está su delicia, Y en su Torá medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.

 

נביא אקים להם מקרב : “Profeta les levantaré en medio de sus hermanos”[10]

Un profeta se nos ha prometido, profeta cuyo cometido está determinado en el Plan Divino. El Profeta Isaías nos dice[11]: “Y vendrá El Redentor a Sión, y los que se volvieren de la iniquidad en Jacob”.

A este profeta se le ha dado el nombre de Mesías. Se le ha dicho que será Rey de Israel y Redentor que expiará los errores individuales y colectivos de nuestra nación. Será nuestro guía en tiempo de dificultad, y nos dirá las palabras que D-s le ha de ordenar. En la tradición judía se ha visto complicado el asunto de un Mesías que reina eternamente y a la vez que sea mortal y de expiación por las transgresiones cometidas por el pueblo. Así que actuando en consecuencia, nuestros mayores han hecho una separación. Un primer momento será El Mesías sufriente o expiatorio descrito por el profeta de la siguiente manera:

“He aquí mi siervo, yo le sostendré, mi escogido, en quien Mi Alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu[12]… Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado de quebrantos… Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores… Angustiado él, y afligido, no abrió su boca… Y por la rebelión de mi pueblo fue herido… Con todo eso, D-s quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida como expiación por la transgresión… Derramó su vida hasta la muerte… habiendo él llevado la transgresión de muchos.[13]

Otro momento y siguiendo el orden de tal división nos encontramos con un segundo Mesías descrito en las escrituras así:

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro… Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino[14]… Una vara saldrá del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces[15]… Y será aquel varón como escondedero contra el viento… Como arroyos en tierra de sequedad[16]”.

El Mesías para la tradición será entonces aquel enviado que nos guiará en el proceso de la redención.

 

שמע ישראל: “Oye Israel” (Shemá)

“HaShemá” es el rezo más pronunciado por los judíos en el mundo. Es una porción de la Torá que se encuentra en el libro de Deuteronomio, Capítulo 6 versículo 4 y se extiende en la mayoría de las ocasiones hasta el verso 9. En otras, se le anexa una porción que no se encuentra en el pasaje original (por eso se entona en una voz de menor intensidad). El pasaje dice[17]:

“Oye Israel, el Señ-r nuestro D-s, el Señ-r ES UNO.  [Inicia agregado] Bendito sea El Nombre (Shem) de su Reino Glorioso Eternamente y para siempre (LeÖlam VaËd) [Concluye el agregado]. Y amarás al Señ-r tu D-s con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, y estas palabras que Yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y en las repetirás (enseñarás diligentemente) a tus hijos y hablarás de ellas estando en tu casa; andando en el camino y al acostarte y cuando te levantes. Y las atarás como señal en tu mano y estarán como frontales (serán por insignias) entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tu puerta”.

 

[1] Kolatch, Alfred J. “El Libro Judío del por qué”. Edit. La Semana Publiching. Israel. Pag. 10-11.

[2] Gen. 1:1

[3] Mish. Torá. Principio “Código de Leyes”.

[4] Ex. 3:14 (Traducción Reina Valera, 1960)

[5] Véase Tania, Igueret HaKodesh, Sección 20 (130b)

[6] Sefer HaZohar (III, 53b)

[7] (Prov. III. 18)

[8] Deut. 6:1

[9] Salm. 1:1-3

[10] Deut. 18:18

[11] Is. 50:20

[12] Is 42:1

[13] Selección de versículos de Is. 53:1-12

[14] Id. 9:6-7

[15] Id. 11:1

[16] Id. 32:1-2

[17] Tomado de Sidur Eben HaEzer, Sítesis del Birkat Shlomó. Notas agregadas por el expositor.

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